One Day

Mañana se estrena la nueva película de Lone Scherfig protagonizada por Anne Hathaway y Jim Sturgess, One day, aquí en España subtitulada como Siempre el mismo día.

One Day es de género dramático con amor. Trata de que  después de pasar un día juntos, el 15 de julio de 1988, cuando Emma Morley y Dexter Mayhew se licenciaron en la universidad, traban una amistad que durará toda la vida. Ella es una chica de clase trabajadora, que tiene principios y ambiciones, y sueña con mejorar el mundo. Él es un seductor adinerado que sueña con convertir el mundo en su patio de recreo. Somos testigos de momentos clave de su relación en varios reencuentros, siempre el 15 de julio, durante 20 años. Juntos y por separado vemos a Dex y a Em a través de su amistad y sus discusiones, esperanzas y oportunidades perdidas, risas y lágrimas. En algún momento de su viaje, descubren que lo que buscaban y esperaban siempre había estado al alcance de la mano. Al entender el verdadero significado de aquel día de 1988, acaban aceptando el amor que les ofrece la vida.

La primera vez que vi el tráiler me emocioné y tuve la oportunidad de ver esta película en versión original y en el cine, ya que me encontraba en Inglaterra.

One day supone un magnífico tránsito desde la comedia hasta la amargura que se niega en todo momento a desprenderse de la melancolía más elegante. Pero sobre todo es un interesante y acertado (sin necesidad de ser brillante) enfoque del perdedor en la vida y el amor.

Es bonita por su crueldad y, a poco que hayas vivido, también de lo más conmovedora. El final es macabro y exquisito en su verdadero trasfondo.

Pero ¿qué tiene de malo? Que no se quedará grabada en tu retina ni te aportará nada nuevo que no te hayan aportado otras, sino que será una película más dentro de una larga lista de las de su género. 

¿Qué tiene de bueno? Que desprende frescura y naturalidad. Que los protagonistas tienen química y consiguen que te creas su historia. Que te hará reflexionar sobre la vida, las aspiraciones y el fracaso, el desconcierto, la esperanza y lo rápido que pasa uno de tenerlo todo a no tener nada.

¿Merece la pena verla? Tal vez para pasar el rato. Aunque hay que tener en cuenta que hoy en día contar una historia de amor sin caer en tópicos empalagosos y cursis se ha vuelto una tarea más que complicada. Así pues...juzguen ustedes mismos.